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DALÍ DESDE MI CÁMARA




 Dalí, en 1939, aceptó un encargo en Nueva York, para decorar unos escaparates comerciales.
El tema que eligió fué, DIA y NOCHE,
representado por un maniquí que se mete en una bañera peluda 
en medio de brasas y paños negros extendidos,
pero la dirección modificó el decorado del escaparte,
sin consultar al autor...
Dalí, furioso, volcó la bañera llena de agua y la lanzó contra los cristales del escaparate...
«...que no conozca el significado de mi arte, no significa que no lo tenga...».






















      Seré un genio, y el mundo me admirará.